05 octubre 2009

Parada cardíaca a la "Corazonada"

Me alegro por Brasil y me alegro por Madrid. Yo no estaba (ni estoy) de acuerdo con el gasto innecesario que suponía la “Corazonada” Olímpica. Las lágrimas de emoción del presidente Lula da Silva, al conocerse que Río de Janeiro sería la sede de las Olimpíadas de 2016, llegaron instantáneamente al núcleo de mi generador de partículas de emociones tiernas. La rostro de decepción del megalómano Alberto Ruíz Gallardón, por no haberlo logrado, se fue vía express al centro de gestación de mis náuseas. Mientras el brasilero se ponía contento por el espaldarazo que eso implica para la economía, afianzamiento y el “aquí estoy", no sólo de su país, sino de todo el Cono Sur; el alcalde de Madrid –el único ente que odio en este planeta– veía frustrada su oportunidad (última, espero) de ser recordado como el “conseguidor” de los Juegos Olímpicos. “Barcelona pudo y tu no, mamoncete. Je, je”. Lo que no me causa tanta risa es que su imperiosa obsesión de trascender en el tiempo y la historia, gracias a sus proezas fracasadas nos haya costado 28.000.000 de euros. Y aún me pongo peor, pensando que para consolar sus penas, seguramente se bebió medio bar del hotel de seis estrellas en el que se hospedaba en Copenhage, a cuenta de la millonada de multas de mal aparcamiento con las que nos martiriza a los madrileños. La Corazonada, que requirió de la asistencia y la pasta de todos los que estábamos o no con el plan Gallardón, acabó en infarto, y el tratamiento lo pagamos todos porque, a diferencia de USA que no quiere verse privada de la Sanidad Privada (y apenas nadie se inmutó por lo de Chicago) los españoles tenemos Sanidad Pública (y que no nos la toquen) así que como los Mosqueteros, "todos para Gallardón y él para si mismo". El se encapricha, sufre y nosotros pagamos.

Qué lastimita lo de Mercedes Sosa… Ahora que lo pienso, de haber sido menos “revolucionaria, reivindicativa, valiente subversiva y pensante”, de haber existido en su época un programa como Factor X, hubiera sido una Susan Boyle. Afortunadamente la cosa no fue así, y por siempre será La Negra, al igual que Olimpíadas de 2016 serán el grano en el culo de alguien que yo me sé, ji, ji.

1 comentario:

  1. A mí también me emocionaron las lágrimas de Lula y las playas de Ipanema llenas de samba "hasta el infinito y un trago más", por favor. No se me ocurre un sitio mejor con el que soñar, dentro de seis años, desde el televisor de mi casa.

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